El Puentecito de los Rosarinos

Encariñados con el pueblo, se sintieron comprometidos con sus problemas y necesidades más urgentes, y fruto de esa solida preocupación fue la construcción del puentecito que se encuentra en la bajada de la calle Cabrera.

Hasta la década del ´20 el curso de agua cruzaba en toda su longitud, y la gente acondicionaba en forma periódica con materiales simples e inconsistentes, pero con la corriente de agua que a veces era insignificante y otras veces era imponente, estos frágiles materiales eran arrastrados aguas abajo y la circulación de vehículos y personas entre el balneario y el pueblo quedaba interrumpida en la época de mayor frecuencia y necesidad. Todo cambia cuando en el verano de 1928 una vecina que intenta cruzar el arroyo, por un tablón tendido a modo de “Puente de los Suspiros” sobre su corriente, el meneo constante de la madera y lo resbaladizo de su cubierta húmeda provoca que de un resbalón se diera un remojón en las aguas turbias y encrespadas del torrentoso Coquitos.

Este accidente puso en evidencia la necesidad de contar con un medio seguro y estable. Fue cuando en la colonia de familias rosarina más conocido como “Barrio de Los Rosarinos” ya consolidadas en la población surge la iniciativa de construir el pequeño puente que todavía permanece en comunicación entre el balneario y el pueblo.

El 10 de febrero de 1928 Clemente Bruvera, inicio los trabajos que se prolongaron hasta 1932. En la obra participaron la colonia turística, la comunidad local y regional, pero en reconocimiento a quienes iniciaron con la construcción del puentecito y la llevaron a su culminación, y en forma de gratitud llamarlo, “El Puentecito de los Rosarinos”.

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